He decidido que este post no va a ser un post técnico, más bien todo lo contrario. Voy a intentar transmitir lo que sentí al ver la exposición "Belleza e Inquietud" de Josep Font en el Museo Balenciaga.
Como decimos en mi grupo de amigos, "el contexto lo es todo, querida". Y eso es lo que voy a intentar hacer: contextualizar.
Mi idilio con Josep Font viene de lejos. Desde que una tarde, mi profesor de universidad, Jesús María Montes-Fernández Fernández, me llamó ameba por no saber cuál era la flor de Chanel y por haberme osado a interrumpirle mientras mencionaba el nombre de Josep Font. Confieso que en aquel momento no entendí la dimensión de mi ofensa.
Al volver a casa, decidí buscar quién era Josep Font. Por entonces había un litigio abierto entre Font y su socia capitalista, a la que los tribunales dieron la razón. A Font le prohibiendo firmar con su nombre cualquier diseño presente y futuro. No sé cuál fue la razón, pero aquello me impactó.
De algún modo empaticé con él. ¿Cómo podía ser que a alguien le arrebatasen su propio nombre, su identidad? Aún, a día de hoy, cuando pienso en esto, algo se me revuelve. Quizás este hecho fue lo que me acercó a querer saber más sobre él y, de alguna manera, seguir su trayectoria.
Después de aquello Font se marchó de España y en 2012, Perfumes y Diseño, la empresa propietaria de la marca Jesús del Pozo, contactó con él. Del Pozo había fallecido meses antes y estaban buscando un nuevo director creativo. En una de esas reuniones, preguntaron a Font cómo sería su marca soñada. Y tal y como Font acaba de hacer público, respondió que "lo tiraría todo abajo y empezaría de nuevo".
Eso hizo. Y ahí, en ese momento, probablemente comenzase uno de los binomios más exitosos de la historia reciente de la moda española.
Font estuvo más de seis años al frente de Delpozo (uno de los primeros cambios fue sobre el propio nombre de la firma) convirtiéndola en una de las casas más notorias del panorama global.
Delpozo se convirtió en una de las marcas más deseadas del panorama internacional. Sus desfiles en Nueva York albergaban a lo más interesante del mundo de la moda y las principales estrellas de Hollywood llevaban sus diseños sobre las alfombras rojas.
Aún recuerdo poner la alarma para que no se me olvidase ver por streaming los desfiles de Delpozo.
Había algo en aquellas prendas con volúmenes, tonos pastel, tocados en forma de lazo... que me atrapaban. Pero, sobre todo, la maestría de Font en la ejecución.
Tras 6 años en Delpozo, siendo uno de los diseñadores más prestigiosos a nivel nacional e internacional y estando en lo más alto, decidió dejarlo todo. Y "desaparecer". Ha estado en un segundo plano (aunque ha colaborado de manera anónima con diferentes empresas) hasta ahora.
Por eso, cuando el Museo Balenciaga anunció que iba a dedicarle una exposición, la primera retrospectiva dedicada en exclusiva a Font, sentí una inmensa alegría. Y un pequeño pinchazo en el corazón.
Mira que he viajado para visitar exposiciones en París, Londres, Milán, Madrid... Pero la ilusión que sentí al enterarme, y posteriormente visitarla, solo la viví con la exposición "Savage Beauty" de Alexander McQueen en Londres. La gente salía llorando.
Hace unas semanas pude sacar un día y acudir hasta Getaria para disfrutar de la exposición "Belleza e Inquietud" de Josep Font en el Museo Balenciaga.
Lo reconozco, sentí algo especial cuando me encontré frente a frente con prendas que había visto sobre pasarelas como la de Nueva York.
Con esta exposición el museo busca explorar la influencia y el peso de Cristóbal Balenciaga en diseñadores posteriores para los que el vasco ha sido una inspiración. En el caso de Font podemos ver esa influencia en su dominio de los volumen, la perfección de sus formas arquitectónicas y su mimo a la hora de recrear universos propios.
La muestra está compuesta por 54 prendas y se divide en tres ejes narrativos: la primera es la de sus inicios y muestra piezas que Josep Font hizo para su firma; la segunda, introduce al visitante en los años que diseñó y creó para Delpozo; y en la tercera encontramos prendas, como vestidos y abrigos, en los que la influencia de Balenciaga está más marcada.
INFORMACIÓN PRÁCTICA
Cómo llegar:
- Autobús desde Donostia-San Sebastián: las líneas UK 09-UK10-UK11 conectan Donostia con Zumaia. Puedes ver todos los horarios aquí.
La parada de Getaria te deja en el centro del pueblo. Justo debajo del Museo. Simplemente accede a las escaleras mecánicas y llegarás hasta el museo.
Precio:
El precio de entrada oscila entre los 10€ y los 12€ dependiendo de la época y la exposición. La tarifa reducida (jubilados, jóvenes, familias numerosas...) es de 9€.
Visita guiada:
Se organizan visitas guiadas de hasta 12 personas con un precio adicional de 3,50€ sobre la entrada y se aconseja reservar por la web. Nosotras realizamos la visita, que dura unos 75 minutos y, la verdad, merece la pena para descubrir cómo se diseñaron las prendas, cuáles fueron sus influencias, a quiénes pertenecieron...
La visita guiada se aplica solo a la exposición sobre Balenciaga, no se aplica a la exposición de Josep Font.
Fecha:
La exposición está hasta el 7 de enero de 2023.
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